LARA ESPINAR MEDINA
Segundo Encuentro Estatal de Consejos de Infancia y Adolescencia
Segundo Encuentro Estatal de Consejos de Infancia y Adolescencia
La gincana por las zonas
del casco antiguo y del Puerto de Málaga tuvo lugar en la tarde del sábado. Los organizadores reunieron a todos
los niños en la “Sala de la Alcazaba ”
del albergue, 120 en total, dónde dividieron los grupos para la carrera y explicaron
las normas del juego.
Mientras los niños se dirigían a la sala para la reunión
jugaban en los pasillos del albergue y cuando veían a la prensa pedían ser
entrevistados. Les encanta ser escuchados, y al fin y al cabo, conseguirlo es el
propósito de estas jornadas infantiles.
En la reunión los chicos estaban sentados en el suelo, como
en una asamblea, a la espera de la formación de los grupos del juego.
Fueron divididos en tres grandes equipos, llamados los
“Biznaga”, los “Boquerones” y los “Espetos”, cada cual se dividió en varios
subgrupos de ocho niños.
Se entregó a cada miembro un chaleco con el nombre del grupo
y diferente color según el equipo: morado, celeste o verde.
Una vez formados los equipos, los chicos, siguiendo las
instrucciones de los monitores, cogieron algo de abrigo, pues el día era frío en
Málaga, y subieron a los autobuses.
Por primera vez desde su llegada, la lluvia dio tregua a los niños para
poder disfrutar de las actividades al aire libre.
Los grupos llegaron al centro de la ciudad y se dio comienzo a la carrera. Cada equipo llevaba consigo una tableta electrónica
en la que iban leyendo las pruebas que tenían que ir haciendo.
Los retos
consistieron en resolver enigmas como por qué la catedral de Málaga es conocida
como “la Manquita ”,
hacer preguntas a la gente de la calle o lograr información sobre lugares emblemáticos
de la ciudad . Cada prueba superada guiaba a los grupos hasta la siguiente
parada y así hasta completar el recorrido.
Los niños no se preocupaban por ganar, iban caminando
despacio, mirando cada calle, cada casa, cada comercio, cada persona…mirando Málaga,
y disfrutando de lo nuevo, de lo desconocido, y también de la compañía de sus
nuevos amigos.
Todos los recorridos finalizaron en la Plaza de la Marina , dónde se fueron
juntando uno a uno los grupos que iban terminando su carrera.
No importaba quien llegara primero o último porque no había
premio alguno para los ganadores. El objetivo de la gincana era transmitir un
mensaje, un mensaje que se formó sílaba a sílaba sobre el suelo de la plaza, con las piezas que cada grupo traía cuando llegaba.
Los niños correteaban y jugaban unos con otros en la plaza
mientras que esperaban la llegada de todos los equipos.
Antes de marcharse para cenar, ya a las 9 de la noche, todos
los miembros del Congreso Infantil: Los niños, adolescentes, los voluntarios,
los miembros de los consejos y los organizadores, formaron un gran corro unidos
de las manos y comenzaron a hacer juegos y bailes, mientras la gente que pasaba
por allí miraba curiosa.
Con la llegada de los últimos equipos todos, niños y
mayores, se colocaron en torno a la frase formada por las tarjetas para hacerse
la “foto de grupo”.
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